** A continuación, se presenta un breve resumen de un trabajo en el que se intentó adaptar del texto 'Antigona', de Sófocles, a la situación costarricense en medio de las negociaciones del TLC.

 

. Tanto en la Antígona original, obra grandiosa de Sófocles, como en la mayoría de sus múltiples adaptaciones, se puede realizar una lectura desde el materialismo histórico, con una interpretación orientada al análisis de los procesos de cambio social. La obra evidencia claramente la lucha de una joven oprimida que defiende con fuerza la justicia; y se enfrenta a un Rey que representa la máxima autoridad, y que ha sido injusto. Se evidencia un fuerte deseo de romper con esas cadenas limitantes que considera inútiles y sin sentido, por lo que decide luchar a toda costa por cambiar esta situación. Antígona muere por su causa, como consecuencia de su búsqueda de libertad. Esto podría interpretarse como la representación de una revolución, en la que una clase social oprimida se subleva contra el sistema que considera injusto, y lucha hasta morir por conseguir un cambio que proporcione mejores condiciones para todos (o para los de su grupo, en algunos casos). Sin necesidad de ir a un nivel macrosocial, esta lucha podría presentarse dentro de una empresa con la lucha de sus obreros por defender sus derechos, o aún más especializado en una familia, cuando uno de sus miembros se enfrente contra una situación que considera injusta, y a pesar de las consecuencias que pueda sufrir se atreve a denunciarla y a luchar por un cambio. Sobre esta línea se desarrolla el poema anterior, ubicando Antígona en el plano de la realidad costarricense actual, y la situación que se vive alrededor de las negociaciones acerca del Tratado de Libre Comercio (TLC).


. Para efecto de esta adaptación, podríamos ubicar cuatro grandes personajes, elegidos de acuerdo a algunos criterios de semejaza que encontramos entre los personajes de las obras y sujetos protagonistas de la actualidad nacional y mundial. En primer lugar tenemos a "Creonte Bush", quien representa al gobierno estadounidense y sus propuestas. En su cara está plasmada la bandera de su patria, al igual que un símbolo de dólar que representa su ambición y su desenfrenada sed de consumo y producción. Como el Rey de la obra, Creonte Bush es un hombre astuto y manipulador, que transforma y acomoda las situaciones de modo que parezcan justas e inclusive necesarias. Así logra atraer la atención de las masas y ganarse su apoyo, aprovechándose de su ingenuidad. Es oportunista y avasallador, dispuesto a subyugar a cualquiera usando la fuerza y la autoridad. Ejerce el poder de con firmeza y seguridad, y no está muy dispuesto a ceder. La combinación de una serie de rasgos originales del Rey Creonte, da como resultado un hombre egocentrista y explotador, que no ve más allá de sí mismo; pero no lo hace por falta de visión o por ignorancia, sino porque simplemente no le interesa. Está tan centrado en su propio bienestar que la mera idea de preocuparse por lo que piensa el pueblo sería una pérdida de tiempo.

. En un nivel diferente, encontramos a "Ismena Pueblo"; una fracción del pueblo costarricense que comparte otras de las características de Ismena. De forma similar a Ismeno Pacheco, su figura pretende expresar la ambigüedad del personaje, quizás orientado un poco más hacia el conformismo y la indiferencia en este caso. Este es el pueblo cobarde, manipulable y sumiso, que no tiene mucho criterio y por lo general se abstiene de opinar. Vive en constante indecisión. Es hasta cierto punto un observador pasivo de la vida, que se sienta a ver como pasan las gentes y los tiempos, pero nunca se interesa realmente por "entrar al juego". Es cobarde y tiene miedo de opinar, de equivocarse, de arriesgarse a vivir. Por esta razón se vuelve individualista, y reduce su visión a poco más que sí misma. No logra ver más allá porqué no se atreve, y se convierte en otro elemento fantasma de la sociedad. Suele ser ingenua y sumisa, y por esto se torna en el blanco favorito de los depredadores corruptos, que intentan seducirla y encandilarla para poder explotarla y obtener provecho de ella, como si se tratara de una batería humana, nada más que alimento para el más grande y fuerte.

. Por último tenemos a Antígona Pueblo, joven luchadora y valiente que se enfrenta al mundo entero por las causas que cree justas. Su cara es fuerte, reflejo de su personalidad. Representa los gritos y deseos de un pueblo que demanda ser escuchado, respetado y tomado en cuenta. Es apasionada, inteligente y rebelde, cualidades que la proveen con una enorme fortaleza a la hora de luchar. Decimos que Antígona es joven en el sentido más espiritual y psicológico de la palabra, ya que goza de una energía vibrante y unos deseos impetuosos de levantarse y cambiar el mundo. Antígona es el pueblo tico que está despierto y sediento de respeto. Es sagaz y crítica, y no se conforma con escuchar y acatar, ella va más allá. Antígona se manifiesta abiertamente, sin importar lo que de ella se pueda pensar. Incita a sus hermanos a despertar y levantarse de ese transe de pálido conformismo. Y el miedo… pues por supuesto que Antígona lo conoce. A pesar de todo es humana, y es normal temer a la hora de enfrentarse a la realidad. Pero Antígona no niega su miedo, ni se consume en él; al contrario, lo utiliza, lo explota y lo seduce, convirtiéndolo en su aliado y en una fuente de energía. Es esto, quizás, lo que la hace más valiente. Esa sed tan estridente de igualdad, de encontrar un camino hacia la libertad real, que desenmascare tantas falsedades y espejismos que viste la sociedad en la actualidad. Es una mujer viva y desbordante, pero más allá de esto es humana, y representa entre sus puños el calor de nuestra sangre que se funde y se unifica cuando se lucha por la justicia, la verdad y la libertad.

Antígona

Antígona levanta la frente
al sol rutinario y herrumbrado.
Sus puños enfurecidos,
campesinos y adolescentes.
Las uñas que arden por dentro
saben a tierra, a sueños y a lágrimas
Antígona es un pueblo joven
que unido adolece de libertad.
El pueblo que se abraza y lucha
y sangra… ¡y vive!
Antígona apasionada,
quiere igualdades, justicia y verdad.
Soplan los vientos valientes
y se sublevan las ganas de soñar.
Antígona abre los ojos
y respira rebelde y con fuerza.
Desnuda reta a la vida
y le sonríe en son de tregua.
Antígona que hoy discierne
mentiras baratas de falsas promesas.
Entonces tienta a la muerte
y la enamora con su firmeza.
Antígona está despierta,
no tiene miedo de caminar.
Está sedienta de justicia y sonrisas,
y de igualdades… ¡y de libertad!

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